Con La Fuerza De Una Mujer

Cada una de nosotras conoce de cerca, el caso de alguna mujer que haya sufrido o que esté viviendo el proceso de padecer cáncer de seno. Puede que no sea alguien tan cercano como tu mamá, tu hermana, tu hija o tu amiga; pero seguro que alguna vecina o la esposa de un conocido, han pasado por eso.

A todas nos han tocado historias de vida en donde la fuerza de esas mujeres, ha sido más grande que la enfermedad. En donde el amor se ha convertido en la razón principal para no dejarse vencer; en donde los sueños han hecho que les crezcan alas que las llevan siempre hacia arriba y no las dejan caer; en donde el conocerse profundamente y la detección temprana, fueron la clave para que una palabra que nos llena de miedo, se quedara en un susto.

Toda esa lucha y toda esa persistencia, no son cualquier cosa; son signos de una verdadera guerrera. De una mujer vulnerable, a la que la vida le pone pruebas cada vez más duras; de una mujer fuerte, que no se deja derrotar sin dar la pelea; de una mujer valiente, que todos los días se despierta con la certeza de que va a ganar; de una mujer llena de vida, que no está dispuesta a dejar de disfrutar plenamente toda la felicidad que le espera en la vida.

Adentro, todas somos guerreras. Cuando el amor se convierte en nuestro motor de vida, nos vamos con todo y contra todos para poder protegerlo, para tenerlo a salvo. Cuando lo más importante está en juego, la fuerza que no sabíamos que teníamos, nos sale desde el corazón y lo cubre todo. Nosotras estamos llenas de un poder casi mágico, que no conocemos y que existe para que podamos cuidarnos y cuidar a quienes más queremos.

Así es la fuerza de mujer: mágica, indestructible y crece aún más, cuando se une a la fuerza de otras mujeres que comparten nuestras mismas pasiones, nuestros sentimientos más puros, nuestros valores y también nuestros miedos. Cuando una necesita algo que otra tiene, estamos ahí, cerca, para dárselo, porque latimos al mismo ritmo, porque conocemos lo que a ella le duele.

Es por eso que tenemos que cuidarnos entre nosotras, ayudarnos, protegernos, aconsejarnos. Y la mejor forma en que podemos hacerlo, es teniendo total consciencia de que la verdadera clave para combatir el cáncer de seno, es haciéndonos el autoexamen regularmente. Encárgate no solo de tu cuerpo, sino de recordarle a todas las mujeres que son importantes para ti, que la detección temprana nos salva; que son solo tres minutos, que es solo una vez al mes. Enséñales cómo hacerlo y estarás asegurándote de tenerlas contigo muchos años más.

Eres una guerrera y la primera estrategia de lucha, es prevenir. Nunca olvides que la fuerza de mujer es infinita, asegúrate de usarla para vivir feliz.


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